Las Mujeres Según los Hombres

La escena es como un rito: estoy cenando, a solas, en un restaurante de lima. En la mesa de mi derecha, una pareja conversa en voz baja, y a mi izquierda tres jóvenes hablan de fútbol. Leo el periódico.Pero el murmullo de la pareja va subiendo el tono. El hombre dice algo inaudible parta mi, la mujer monta en cólera:"¡ bien se ve que tu no entiendes nada de mi, ¿verdad!" . se pone de pie bruscamente, arroja su servilleta sobre la mesa y sale del local. El hombre parece avergonzado, me mira, se encoge de hombros y pide la cuenta.En la otra mesa la conversación pasa de fútbol a un asunto más delicado.- ¿Qué tienen las mujeres?- Pregunta un joven- se imaginan a un tipo haciendo eso?- ¡Ni de broma!- replica el otro.Simplemente las mujeres son distintas de nosotros-añade el tercero-. A veces creo que vienen de otro planeta.Siguen hablando un rato acerca de estas misteriosas criaturas. La tachan de impulsivas, caprichudas, melindrosas y de ser a veces crueles y codiciosa. Al terminar aquel ataque de misoginia se cansan del tema y vuelven abordar el tema de fútbol.He oído varias veces estas charlas atribuladas entre los varones. Pero ya tengo algo de experiencia para entender que debemos distinguir entre lo que el hombre dice de la mujer y lo que verdad piensan de ellas.Dejando de un lado las actitudes machistas, cuando los hombres hablan en serio de las mujeres, quedan muy en claro ciertos puntos, para empezar, nos gustan las representaciones del sexo bello. Esto debería ser obvio, pero durante más de una década ambos sexos se han visto acribillados con una avalancha de retórica feminista, ajena a todo sentido del humor, la cual sostiene los contrario.Se nos decía que los hombres consideraban a las mujeres como criadas sin remuneración, dignas de solamente ser tratadas, como objetos de su propiedad. Hemos escuchado sesudas conferencias sobre la fijación del macho en la anatomía femenina, con exclusión de toda otra cualidad. Se presentaba a los varones como patanes crueles sin el menor sentido de la justicia. Lo que si es digno de tomarse en cuenta de todo este parloteo es la igualdad social entre y uno y otro sexo; pero casi todo lo demas eran necedades.Por fortuna durante ese desdichado periodo de insensatez, a la mayoría de los hombres siguieron gustándole la mujeres. La amaron, riñeron, rompieron relaciones o se casaron con ellas. Tuvieron hijos co0n ellas, y hasta hicieron el valeroso intento de entenderlas.Hoy creo entender que quieren los hombres de las mujeres. ¿ Como obtuve este conocimiento’. Emprendí una investigación muy poco científica entre mis amigos, y les pedí que habláramos de las cualidades que mas admiran en las mujeres. Tome mis notas, y elabore una lista. Sorprendente mírala aquí:

Inteligencia:
todos mis amigos aseguran que esta es la cualidad más importante. Nos les interesa la de pocos sesos, ni las ignorantes por elección. Todos ellos jóvenes y maduros, expresaron su desprecio por la mujer inteligente que navega con bandera de tonta por temor de que su brillante ahuyente a los galanes. “ si oculta su inteligencia”·, observa uno de ellos, “también oculta otras cosa.Los hombras hace una tajante distinción entre ignorancia y estupidez. La primera es falta de conocimiento, facil de remediar por seres humanos inteligentes. En cuanto a la segunda. A pocos varones les interesan las mujeres verdaderamente entupidas.


Sentido del humor:
los hombres saben que la risa es el mejor remedio para las dificultades de la vida, y aprecia muchísimo el sentido del humor “ adoro a mi mujer” me confía un amigo, “ porque me hace reír”, . Otro comenta en referencia a su novia. “ella me levanta el animo” no me he sentido triste desde el día que la conocí”.El sexo masculino no le atrae las mujeres adustas e incapaces de reír, al igual que a ellas no les gusta los avinagrados. “viví durante un tiempo con una mujer muy cerebral” me contó un amigo. “ si yo me ponía contento porque el equipo de fútbol favorito le ganaba al contrario, ella me atosigaba que con el problema de los niños desnutridos del Perú. No nos entendíamos.


Bastarse a si misma:
En la actualidad, al varón le entusiasma una pareja que pueda ser su socia, y no necesariamente su dependiente, se expresa con admiración las mujeres con carrera preofecional e ingreso laborales propios. Es que si se bastan así mismas, pueden impulsar a su pareja en su trabajo, y no se sientan desplazadas cuando esas ocupaciones acaparan tiempo y energía. La frase ella se las arregla sola, en labios de un varón es un verdadero espaldarazo.El bastarse a si misma no es solo cuestión de dinero. Algunos de los chistes mas hirientes que hacen los hombres son a costillas de la mujer que se pone a gimotear ante la dificultad de llamar a un taxi. Aunque se han superado muchos esteriotipos, atribuidos al sexo bello, todavía existen esas pobres mujeres sin agallas; pero para la mayoría son un fastidio.


Belleza física:
No es novedad que a los hombres le atraigan muchísimo las mujeres hermosas; hablan de ellas, se detienes en la calle a admirarlas, la siguen con la vista cuando entran a restaurante. Pero se debe en gran parte a una grata atracción estética, como el deleite de ver colgado un Salvador Dalí colgado en un museo, puede uno mirar el cuadro sin la intención de llevárselo a su casa.En gran medida y en aspectos importantes, el ideal de la belleza física esta pasando por una gradual definición. Los varones expresan franca admiración por la mujer saludable, bien arreglada y segura de si misma. Se ríen de las que hace gala de sensualidad, de la vulgar vampiresa estrafalaria y del etéreo costal de huesos. Por otro parte poco soportan a las que solo hablan de dietas o clubes de acondicionamiento físico. Una cosa es la salud y otra muy distinta el narcisismo.


Ahora bien si tantos hombre tienen ideas claras de las mujeres, ¿porque se refieren a ellas con desconcierto? Es que responden en forma confusa a los mensaje que ellas les envían. Después de tres lustros de exigencias feministas de espacio, los varones se lo concedieron, entonces la demanda fue de intimida, liego las mujeres insistieron mucho en libertad, solo para enfurecerse con los hombre que no aceptaban ningún compromiso, el resultado de todo esto a sido confusión, resentimiento e incertidumbre.


“¿Que quieren las mujeres?”,
pregunta un amigo, haciéndose eco de una vieja querella, como casi todos los hombres, ansia escuchar la respuesta. Ya mucho tiempo que las damas hablan entre si, llego la hora de que hablen con los hombres. No de ellos, sino con ellos. Lo que se logre de esa manera no necesariamente será perfecto, pero a buen seguro la pasaran de maravilla.

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